jueves, 23 de julio de 2009

Escuchando llover

Motivado por el primer internauta que me ha dejado un mensaje, me aventuro a meterme de lleno en esta nueva - para mi - forma de expresión personal, no sin antes agradecer al usuario así como a los que pudieran venir.

Como bien lo dice el nombre del blog, Nimiedades de un vago, trataré de ocuparme principalmente de pequeños detalles que a veces pasamos la mayor parte de mortales desapercibidos. Poco a poco mi estilo se irá percibiendo el cual espero que sea del agrado de tod@s.

Por hoy, mientras éstas líneas escribo, llueve sobre San Salvador. Antes de continuar, abro el itunes y pongo un poco de jazz tranquilo (como le he llamado a mi carpeta donde guardo ciertas donaciones de un amigo salvanicaragüense) para recocijar el espíritu y tratar de aislar la cotidianeidad, los aspavientos de la política criolla y la extremadamente lejana, así como los problemas personales que tod@s tenemos.

Mientras la lluvia cae imponente sobre San Salvador muchas cosas se vienen a mi mente… mi infancia cuando el llover era motivo de regocijo pues sabíamos que luego de la lluvia podíamos salir a chapaliar en las correntadas de la ciudad con la consecuente puesta en bajada de los barquitos de papel, la frescura y el olor a tierra mojada que automáticamente se percibía en el ambiente en cuanto caían las primeras gotas, la vista de los carros cuales lanchas desde la ventana de la salita…

Hoy es diferente, muy diferente. Fresco en mi memoria, el recuerdo del joven tratando de saltar del techo del bus de la ELIM, las portadas de LPG luego de las inundaciones del barrio La Vega, los indigentes que duermen a la vuelta de donde yo trabajo, socorristas cargando ancianas para sacarlas de la correntada… Parece ser que nuestros niños no guardarán las mismas escenas que nosotros coleccionamos afortunadamente. Hay algun@s que aún añoran el dormir cobijaditos por la noche bajo un techo pues se duerme rico, sin embargo inevitablemente el primer noticiero nos trae lo que sucedió mientras dormías rico.

Las lluvias de ahora son sinónimo de una estela de desolación. Algunos ruegan porque no llueva mucho o que llueva lejos de donde ellos se encuentran. Increíblemente, una bendición se ha convertido en una pesadilla.

Esperemos en Dios que en este 2009 no deje este invierno con un saldo para recordar negativamente.

2 comentarios:

  1. wow! nice post... me puisiste me pusiste melancolico al recordar las cosas de mi niñez....

    Los tiempos cambian... la vida cambia y los tiempos actuales son peores q los pasados.. y los tiempos futuros serán aun peor...

    Te felicito por tu blog!

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  2. hey, sinceras gracias. Desde que comencé a escribir acá, estoy pensando en ir evolucionando poco a poco… ojalá sigás chequiándolo.

    Gracias de nuevo!

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